07 Feb Suelo pélvico: Todo lo que debes saber
El suelo pélvico, aunque es un gran desconocido para algunas personas, es un conjunto de músculos que requiere de algunos cuidados. Desde Herycor te contamos qué es el suelo pélvico y todo lo que debes saber.
Pero… ¿Qué es exactamente el suelo pélvico y por qué es tan importante?
Llamamos ‘suelo pélvico’ a la estructura compuesta por músculos, ligamentos y tejido conectivo que rodea la cavidad abdominal en su parte inferior (base de la pelvis), dando sostén a todos los órganos pélvicos (vejiga, uretra, útero, vagina, próstata, etc.). Estas estructuras se encuentran íntimamente relacionadas con la musculatura que participa activamente en sus funciones.
El suelo pélvico no es rígido, sino dinámico, se adapta a nuestro movimiento, a nuestros cambios posturales… Y lo hace siempre manteniendo la adecuada tensión de sostén.
Cualquier alteración en el tono de la musculatura del suelo pélvico (ya sea por debilidad, por aparición de hipertonía o porque ha sufrido una lesión) genera disfunciones que pueden repercutir directa o indirectamente al normal funcionamiento de los órganos pélvicos que sujeta y sus respectivas funciones.
Por ejemplo, cuando el tono del suelo pélvico se ve debilitado, pueden aparecer problemas como: prolapsos (descenso de uno o más órganos de la cavidad pélvica hacia el exterior), dolor lumbar, incontinencias (urinaria, fecal o de gases), disfunciones sexuales, etc.
¿Y cómo sé si mi suelo pélvico funciona bien?
No debes realizar autodiagnósticos ni auto-tratamientos, porque para un mismo síntoma pueden existir diferentes y/o múltiples causas. Pero sí existen una serie de señales o cambios que nos pueden indicar que algo en nuestro suelo pélvico no está funcionando adecuadamente.
Algunas de estas señales de alerta que debemos tener en cuenta y prestar atención, si las detectamos, podrían ser, por ejemplo:
- Pequeñas pérdidas de orina relacionadas con pequeños esfuerzos (risas, tos, estornudos, saltos…)
- Estreñimiento.
- Incapacidad para aguantar gases o heces.
- Aumento de las ganas de miccionar o urgencia sin causa justificada.
- Disfunciones sexuales (molestias durante las relaciones sexuales, disfunción eréctil, etc.)
Si detectas alguno de estos trastornos, te recomendamos acudir a un especialista para que haga una valoración y descarte la existencia de una patología.
¿Qué factores pueden debilitar mi suelo pélvico?
- Factor genético: viene determinado por la calidad del colágeno que producimos y nuestra complexión muscular. A menor cantidad de colágeno, mayor debilidad muscular y, por lo tanto, menor capacidad de soporte y sujeción.
- Factor estrés: eleva el tono muscular de forma general y, este aumento mantenido, puede llegar a provocar dolores y/o alteraciones en algunas funciones (por ej.: micción, defecación, etc.).
- Deportes o actividades de alto impacto: como, por ejemplo, running, tenis, crossfit, baloncesto… Si se practican de forma inadecuada pueden lesionar el suelo pélvico.
- Estreñimiento: realizar esfuerzos (empujar) al ir al baño, fuerza la musculatura, de igual forma que puede provocar fisuras o hemorroides.
- Esfuerzos laborales: deben vigilar su suelo pélvico, sobre todo aquellos profesionales que levantan cargas de forma habitual.
- Embarazo, parto y posparto: durante el embarazo, debido al aumento de peso y la laxitud que adquiere la musculatura, es una zona que sufre especialmente, sobre todo si el parto es instrumental, por lo que trabajar el suelo pélvico en esta fase es fundamental.
- Menopausia: en ocasiones llega acompañada de atrofia muscular y sequedad vaginal.
- Cirugías ginecológicas y/o proctológica.
Consejo: La prevención, el mejor tratamiento.
Cuando hablamos de suelo pélvico, como ya hemos comentado, es de vital importancia insistir en la necesidad de una valoración previa que determine el estado de la musculatura si creemos que puede existir alguna patología o disfunción.
Pero si no, ¿qué puedo hacer para cuidar mi suelo pélvico?
Te dejamos algunas prácticas saludables que puedes llevar a cabo para prevenir y cuidar tu suelo pélvico en tu vida diaria:
- No pospongas el momento de ir al baño y, al hacerlo, no cortes de manera sistemática el chorro.
- Bebe mucha agua y consume una dieta sana y rica en fibra para controlar el estreñimiento y la obesidad.
- Adopta una postura correcta en el WC, elevando los pies sobre un pequeño escalón y manteniendo tu zona lumbar elongada.
- Realiza actividad física con regularidad, ¡pero cuidado con abusar de los deportes de impacto!
- Evita el tabaco: las sustancias nocivas del tabaco producen una degradación en las fibras de colágeno, lo que se traduce en una pérdida de la capacidad de sostén.
- No olvides revisar tu suelo pélvico en los momentos importantes (embarazo, parto, posparto y menopausia): es importante que durante estas etapas acudas a un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, que efectúe una exploración exhaustiva y te ayude a prevenir y/o corregir las patologías que se pudieran presentar.